miércoles, 11 de agosto de 2010

Laura Fernández-Montesinos: Conclusiones del Segundo Festival Sinfónico de Tlaxcala

Conclusiones del Segundo Festival Sinfónico de Tlaxcala


Laura Fernández-Montesinos Salamanca



Es al término del Segundo Festival Sinfónico de Tlaxcala, cuando surgen las conclusiones acerca de las razones que llevaron a los organizadores a homenajear al maestro Silvestre Revueltas. Son las mismas condiciones en que se celebró el evento, las rotundas consecuencias para aseverarlas.

Silvestre Revueltas nació en Durango, por fortuna en el seno de una familia con el ideal de proporcionar a los hijos formación de calidad y educación musical, que completaron en Estados Unidos, donde a su término hicieron carrera. A decir de la hija de Revueltas, que participó en el festival, el padre del músico era comerciante, lo que da idea del esfuerzo que hubo de suponer para la familia.

No es menester usar estas pocas líneas para detenerse en la vida de este autor y sus problemas de alcoholismo, sino en su importancia como músico y en sus palabras, que nos llevan a considerar los avatares para la realización de este festival.

Según diversos autores y críticos Silvestre Revueltas es el mejor compositor –conocido- latinoamericano hasta la fecha. La palabra “conocido” no es gratuita, puesto que el hecho de que sea el único no es por carencia de talento del mexicano, sino de cultura, y especialmente de fondos y oportunidades, ocasionado por la ruptura total de los sucesivos gobiernos mexicanos con la cultura en todas sus facetas. Esto no es nuevo. No se han modificado, a pesar del paso de los años, las cosas desde entonces. El gobierno mexicano sigue preocupándose por mantener a una clase política dominante, inculta pero millonaria y del más alto nivel de élite, que goce de las mejores canonjías en perjuicio del pueblo, que es apartado, despreciado y usado como mano de obra barata, sin ofrecer la menor oportunidad y donde los talentos se pierden irremediablemente: estudiosos que han de prestar sus cerebros en países donde los reciben con los laboratorios abiertos, geniales artistas y atletas de primer nivel.

No obstante Silvestre Revueltas no publicó ninguna obra en vida, y murió en el olvido y la pobreza a los 40 años.

“¿Por qué un artista, un creador ha de sufrir hambres y miserias? Aquí descansa, entre nosotros, el secreto del fracaso de la cultura de México como pueblo. Somos un país de descamisados y de zánganos. Se desprecia al músico, al pintor, al poeta, por considerarlos como a los bufones que cabriolean en los banquetes de los burócratas. Pero es que se les hace bufones a fuerza del hambre. Aunque muchos nos rebelemos, la rebeldía es la soledad, la soledad infecunda, el abandono, la miseria”. S. Revueltas.

Hoy día en México, los organizadores de este tipo de festivales se quejan exactamente de lo mismo. En este caso, a pesar de la calidad y del éxito de la Orquesta Sinfónica del Estado de Tlaxcala, y de la participación de músicos venezolanos que pusieron de pié al público asistente en cada una de las funciones que se dieron en distintas localidades como Ocotlán y Huamantla, además de la capital del Estado, no han recibido más apoyo que el de los espacios físicos.

La Gerente General del Festival Sinfónico de Ocotlán 2010, Magdalena García, afirma que es importante otorgar becas a estos niños para que no dejen de estudiar música, así como un poco de interés de las autoridades para promover, fomentar y difundir la cultura.

Muchos de ellos tienen talento, pero carecen de recursos para completar sus estudios, y el gobierno ni estatal ni federal hace el menor esfuerzo en proveer de cultura a este país, ya de por sí gravemente aculturado.

En una entrevista que concedió el Maestro Revueltas en 1936, y en referencia al ambiente musical en México, dijo así:

“Existe un ambiente musical artificioso, falso. Los músicos honrados tratan de hacerlo verdadero. La crítica musical y parte del público influenciado por ésta, la falsean, los primeros por ignorancia, los segundos por snobismo”. S. Revueltas

Bastar recordar las palabras del Sr. Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz, que al término de un concierto impresionante, en el que participaron más de trescientos niños y jóvenes, que se celebró en el mes de diciembre en Xalapa, Veracruz, ofreció otorgar becas para todos ellos, y organizarlos para que Veracruz tuviera su sinfónica. Las palabras se las llevó el viento y la indolencia de la falsedad.

Para que esta serie de conciertos, charlas y conferencias pudieran llevarse a cabo, fue necesaria una organización de primer nivel, mover a cientos de personas, reunir a los músicos y ofrecerles alojamientos y alimentos, hacer publicidad, conseguir los foros, y poner en marcha un evento de grandes dimensiones. Es muy importante tener en cuenta el talento de los músicos, su intenso esfuerzo – a decir de los organizadores fue titánico- ensayos de siete y ocho horas, los traslados, interminables incomodidades, todo para hacer las delicias del público. Pero también merece destacada consideración el trabajo de los organizadores, que además lo hacen por auténtico amor al arte.

Silvestre Revueltas vuelve a definir esta situación como si la hubiese estado viviendo en este caso:

“La vida musical y material del estudiante de música en México es precaria, difícil. No hay suficiente estímulo artístico y económico: pierde los mejores años de su vida estudiantil por carecer de una educación sana y educada. Nada extraña, pues, que el estudiante de música no se interese por su profesión”.

La conmoción que supuso para el autor la muerte de uno de los poetas más grandes de habla hispana, Federico García Lorca, quedó patente en la emoción que transmitieron los músicos durante la interpretación de esta composición del autor: Homenaje a Federico García Lorca, estrenado en el Palacio de Bellas Artes en 1939, el año de la muerte de Lorca. El público de Tlaxcala quedó impresionado.

Es una verdadera lástima que estos eventos no puedan ser del dominio público porque el gobierno se empeña en mantener inculto al pueblo de México como una forma de manejarlo. Sí, se requieren becas, pero también se requiere un poco de interés por parte de las autoridades.

Felicidades a los organizadores que han demostrado su talento, su labor y su interés social, además de un gran amor al arte, la cultura y al interés en el desarrollo de su país. A Natividad Rigonni, promotora cultural, a la gerente general de la FOSET, Magdalena García, a los casi 70 músicos mexicanos y extranjeros, todos ellos menores de treinta años, al director de la Orquesta Sinfónica del Estado de Tlaxcala, Alberto Torres Xolocotzi de 27 años, a los músicos venezolanos, al trío Chopin de la UV y a todos ellos, que pusieron al público en pié varias veces con sus interpretaciones. A cada uno de los colaboradores desinteresados que unieron su voluntad al deseo de desarrollo y amor al arte. Desde voluntarios y pequeños comercios locales a instituciones foráneas como Laboratorio escénico de Veracruz, Hugo Salazar, fotógrafo del economista del D.F., el Hotel Misión, que apoyó con el alojamiento, Rafael Gálvez, diseñador de toda la campaña, el párroco de la basílica de Ocotlán, por mencionar algunos de los muchos involucrados. Ojalá las autoridades aprendieran un poco de cultura y movieran las voluntades que han movido todos ellos.

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