domingo, 8 de agosto de 2010

Lorenzo Meyer: Amlo , diagnóstico y proyecto

Amlo , diagnóstico y proyecto
 
Lorenzo Meyer
 
Rotunda. La mafia que se adueñó de México…y el 2012 busca una vez más apuntar hacia una verdad rotunda y sus consecuencias: por lo que se refiere a su carácter oligárquico, México está de regreso al sitio donde se encontraba hace justamente un siglo, cuando vivía ya al filo del agua. De retorno; pero en condiciones diferentes. En 1910, Porfirio Díaz podía poner límites a un hacendado o a un minero. Hoy es difícil imaginar que “Los Pinos” hiciera algo equivalente con una televisora o una empresa telefónica. En México el peso de su oligarquía es determinante en el proceso político. En las grandes decisiones de índole económico, el nuestro no es un país de más de cien millones de personas sino de apenas un puñado.

El análisis de la naturaleza y los efectos políticos del México de los pocos —de “los que mandan”, término del sociólogo José Luis de Imaz—, es el corazón de este nuevo libro. Quizá se pueda objetar el caracterizar como mafia a los que más influyen sobre el destino de México, pero no es posible entender nuestro proceso actual sin tomar en cuenta el carácter profundamente excluyente de un sistema cuya supuesta transformación de autoritario en democrático, no ha significado gran cosa en el ejercicio real y en los efectos del poder.

Mafia, suele aplicarse a asociaciones secretas criminales o, incluso, terroristas. Y el pequeño grupo de los poderosos de México, como lo demuestra el propio AMLO, no es secreto ni observa la jerarquía y la disciplina propias del crimen organizado. En esta obra, los oligarcas aparecen con nombre y apellido. La membresía en el grupo va desde Carlos Slim hasta Emilio Azcárraga, pasando por Roberto Hernández, Roberto Bailleres, Germán Larrea y unas docenas más de grandes empresarios. Y aunque ciertas actividades de estos personajes son ilegítimas por ser dañinas para el interés general —sus prácticas monopólicas o sus argucias para pagar pocos impuestos, por ejemplo—, generalmente pueden pasar por legales.

Una alternativa más adecuada al concepto de mafia y a “los que mandan” en México, puede ser el de élite del poder, acuñado por el sociólogo C. Wright Mills (1916-1962) que analizó el poder de un pequeño grupo que dominaba la política, la economía y la cultura norteamericanas. En The power elite (1956), Mills sostuvo que el poder de los individuos más influyentes y ricos en Estados Unidos, dependía completamente de su posición en las estructuras institucionales, en la red del poder. Esa es también la tesis central de AMLO y punto de partida de su proyecto político, pero con una variante: aquí sí hay individuos muy poderosos y que no tienen cargo institucional.

A partir de la gran crisis de 1982, el gobierno ha quedado cada vez más al servicio de los intereses particulares , de un puñado de grandes empresas y conglomerados y de su idea de México, un México donde la desigualdad extrema es considerada como natural e inevitable.

Conviene abordar ahora la peculiaridad de la élite del poder mexicana en la que AMLO ahonda. En México el entramado institucional es notoriamente débil, lo que realza el papel del individuo y ha permitido que ciertos personajes audaces y con conexiones adecuadas, puedan desempeñar un papel crucial como fue Plutarco Elías Calles cuando México era país de caudillos y eso sucede de nuevo con el ex presidente Carlos Salinas que ha capitalizado las debilidades y corrupciones del sistema político. Cuando fue presidente usó la crisis mexicana y el proceso mundial de privatizaciones, para tejer una telaraña de complicidades políticas e intereses económicos con el objetivo de sentar las bases de un poder transexenal. Su sucesor, Ernesto Zedillo, casi logró acabar con ese proyecto. La posterior ineptitud, debilidad política y corrupción de Vicente Fox, dio por resultado una inesperada segunda oportunidad para la ambición salinista. Tras el 2000, Salinas se ofreció como mediador y coordinador entre los grupos e intereses del viejo y el nuevo régimen. La oferta le fue aceptada tanto por Fox y Felipe Calderón como por la oligarquía, el PAN, el PRI y por los nuevos señores feudales de la política mexicana: los gobernadores priístas. El resto de los Poderes, desde el Legislativo y el Judicial hasta los organismos autónomos, las iglesias y los sindicatos, se plegaron al arreglo. El resultado es una democracia casi sin contenido.

2012. En torno a ese año ya actúan tanto la élite del poder como el resto de las fuerzas políticamente organizadas. El año de la elección presidencial mexicana no tiene 365 días sino muchos más, por eso el largo y complicado 2012 ya llegó. Desde hace por lo menos un siglo, es el calendario electoral el que, a querer que no, obliga a la sociedad a reflexionar sobre qué proyectos de país se nos ofrecen y a decidir por cual debemos optar. Hoy a la mayoría de los mexicanos los asuntos políticos les interesan poco o nada, aunque consideran que el país es gobernado por los intereses de unos cuantos.

Y Sin Embargo… Aparentemente México, como proyecto nacional, es hoy una zona de desastre, pero justamente por eso, ésta debería ser la hora de la oposición real. Pero el mayor partido de la izquierda está deshecho y las encuestas auguran el retorno del PRI como resultado del desánimo generalizado. AMLO apela hoy a las virtudes del pasado —en nuestro caso al espíritu de Juárez y de Cárdenas—, llama a renovar la insurrección electoral y a que en el 2012 la izquierda recupere un poder ilegítimamente detentado desde el 2006 por una derecha oligárquica.

Los obstáculos que enfrenta AMLO son sencillamente formidables: el duopolio televisivo que ha logrado capturar la imaginación de una buena parte de los mexicanos, Salinas, el PRI reciclado y la oligarquía. Y AMLO propone enfrentarlos con un proyecto de justicia sustantiva y una organización de base desde los municipios, donde él considera que personalmente ya plantó la idea de un proyecto alternativo. Hoy, semejante empresa podría parecer casi imposible… pero el país no nos perdonaría el no haberlo intentado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario